Cada regalo tenía un nombre, así que para poder coger los regalos cada niño/a tuvo que buscar cuál era el suyo. Algunos necesitaron un poquito de ayuda de sus compis, pero otros lo encontraron enseguida. Es maravilloso ver lo rápido que avanzan, y como algunos ya son capaces de reconocer su nombre escrito y el de muchos de sus compañeros.
Una vez que tenían sus regalos, nos fuimos a la alfombra para abrirlos todos a la vez.
¿¿¿Qué será???
¿¿¿Qué será???
¡¡¡UN LIBRO PARA COLOREAR!!!
Pero no sólo nos encontramos regalos. La clase había sufrido algunos "daños", varios carteles y arbolitos de navidad estaban tirados por los suelos. ¿Qué habría pasado? - ¡¡Seguro que fueron los camellos que son muy grandes y chocan con todo!! - les dijo la seño.
Enseguida se pusieron a opinar:
- ¡Vaya con los reyes, seño!, les vamos a tener que decir que los camellos no se meten en la clase, se dejan en la calle.
- Qué traviesos son los camellos, seño.
Otros fueron más tajantes, y prefierieron "pegarle" a los reyes por meter a los camellos en clase. Aunque cuando la seño les recordó que no se pega y mucho menos a los reyes que nos traen regalos, cambiaron rápidamente de opinión.
Así que al final llegamos a la conclusión de que los Reyes no tenían la culpa, porque habían sido los camellos, que son animales y los animales "no entienden", jeje.
¡qué perspicaces son estos peques!
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